En Palestina, la primavera está marcada por las bellas amapolas, irises y coloridas flores silvestres que florecen entre las arboledas de olivos que cubren las colinas. 

Esta es la época del año en que los granjeros podan sus árboles y labran el suelo, revisando que todo esté bien con los olivos. Nuestros granjeros aún utilizan el método tradicional de desmalezar a mano y cortar las ramitas para que el olivo sea más productivo. Estas colinas y terrazas que están cubiertas de olivos cobran vida en octubre, cuando comienza la cosecha con los granjeros y sus familias completas cosechando las olivas desde que amanece hasta que oscurece, alimentándose de comidas preparadas en fogatas bajo los olivos en la forma tradicional palestina que se ha conservado por siglos. Actualmente los granjeros se ven apoyados por voluntarios internacionales que los ayudan a recolectar las olivas y brindar apoyo y presencia protectora ante la violencia y el acoso que sufren por parte de la ocupación. 

Una vez que las olivas han sido recolectadas, son llevadas a una prensa comunitaria, donde se extrae el aceite y se prueba su calidad. Luego se trae a las instalaciones de Al'Ard donde se embotella, empaca y se deja listo para su despacho.